El Constructor

A finales de los años 90 empecé a tocar el tin whistle de forma autodidacta hasta que conocí a Gabriel del Burgo que me encaminó hacia el lado oscuro de la flauta.

Durante mucho tiempo la fabricación flautas traveseras fue mi objetivo; empecé restaurando instrumentos antiguos y estudiándolos a fondo igual que cualquier libro de tornería, lutería o acústica musical que caía en mis manos. 

Pero el empujón final me lo dió Raimon Galiana, artesano y dulzainero tradicional en todos los aspectos. Gracias a él aprendí muchas técnicas que de otra forma me hubiera sido imposible conocer.